Facundo Gómez Minujín y Alejandro Díaz, presidente y CEO de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, dialogaron en exclusiva con Forbes Argentina. “La inflación está vinculada a la insolvencia del Estado”, aseguraron.
Facundo Gómez Minujín asumió la presidencia de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham) en junio de este año. Presidente de J.P. Morgan para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, el banquero atravesó en su nuevo cargo las turbulencias que vivió la economía entre julio y agosto, con la corrida financiera de los bonos en pesos, la renuncia de Martín Guzmán, el salto de los dólares financieros durante el breve interinato de Silvina Batakis, y, finalmente, la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía.
Hijo de la artista plástica Marta Minujín, Facundo sostiene que la economía y el arte van por carriles separados, pero destaca la perdurabilidad del último. “Nadie se acordará en cincuenta años de lo que estamos hablando acá. El arte que se está gestando ahora es lo que va a quedar. Si mirás la época del Renacimiento, la gente recuerda las obras de arte que dejaron los grandes maestros, no cómo estaba la economía en ese momento, o si los Medici tenían mucha plata o no. Lo único que se acuerdan es que los Medici apoyaban a Miguel Ángel”, afirma.
En una entrevista exclusiva con Forbes Argentina, Gómez Minujín y Alejandro Díaz, CEO de AmCham, subrayan la importancia de que Argentina estabilice la macroeconomía. “Si se logra una solvencia del Estado eso generará una sensación de mejora y habrá más inversión. Al ser insolvente, el Estado atrapa recursos de donde sea y eso genera temor, pánico, miedo, incertidumbre. La inflación obviamente está muy vinculada a la insolvencia del Estado, ya que tiene que emitir más para solventarse”, asegura Gómez Minujín.
—¿Cuál es la principal preocupación de AmCham con respecto al estado actual de la economía argentina?
—FACUNDO GÓMEZ MINUJÍN: Tenemos que lograr que el país se estabilice. Este último tiempo hemos tenido saltos demasiados bruscos. Eso afecta las reglas del juego, la estabilidad, la posibilidad de generar inversiones. Es muy difícil que las empresas armen sus planes de inversiones y se comprometan a generar más empleo si no tienen claridad sobre lo que viene en relación a la inflación, el dólar y las reglas de juego.
—¿Qué cambios generó la salida de Martín Guzmán del Gobierno en la actividad diaria de las compañías que integran AmCham?
—ALEJANDRO DÍAZ: En lo práctico no hubo cambios significativos ni en la salida ni en los 24 días de Silvina Batakis. Probablemente ahora estamos viendo algunos cambios más estructurales en el corto plazo que permitan dar un poco más de certidumbre. Probablemente la salida no coordinada sumado a esos 15 días hábiles en los cuales no estaba claro el apoyo político que tenía Silvina Batakis generó una suerte de turbulencia que se reflejó obviamente en los mercados financieros y las empresas tuvieron interrogantes de entender cuál era la dinámica posterior.
—¿Creen que el ministro Sergio Massa tiene voluntad para un plan de estabilización de la macroeconomía?
—FGM: Creo que tiene la voluntad, lo que pasa es que la ejecución es muy difícil. Pensá que este gobierno es una alianza donde hasta hace poco tiempo atrás daba la sensación de que todos pensaban de una forma. El ministro está tratando de dar un plan de estabilización a la economía con estas variables que dijimos: dólar, inflación, que sea todo más predecible. Ahora, de ahí a la ejecución hay un trecho largo porque por un lado están tratando de bajar la inflación, pero por el otro lado hay mucha tensión en el marco salarial con todos los sindicatos, hay aumentos de tarifas. Por un lado, tenés un incentivo o una intención de bajar la inflación y, por el otro lado, estás reajustando la economía hacia arriba.
—¿Por qué el acuerdo con el FMI no fue un “game changer” para la economía argentina?
—FGM: Empezó con un montón de incertidumbres en cuanto a la alianza misma. Cuando hubo que refrendar o apoyar el acuerdo, una parte del Frente de Todos dijo: “Yo no estoy de acuerdo con el acuerdo con el Fondo”. Segundo, porque todos los trimestres había dudas sobre si se iba a cumplir o no se iba a cumplir. Afortunadamente se ha ido cumpliendo y da la sensación de que se viene cumpliendo mejor en este último trimestre. Pero creo que si no hubiera habido acuerdo con el Fondo hoy estaríamos aún peor de lo que estamos. No fue un game changer, pero estamos igual mejor posicionados con el acuerdo que si no lo hubiera habido.
—¿Y qué tiene que hacer Argentina para volver a recibir inversiones?
—FGM: Primero: tenés que eliminar la brecha. Es muy complicado manejar la economía con esta cantidad de dólares que hay dando vueltas. Eso no quiere decir que no haya inversiones en algunos sectores claves, el del litio, el de Vaca Muerta, Oil&Gas en general, el sector de economías del conocimiento. Son sectores que aún en este contexto complicadísimo siguen invirtiendo porque son inversiones a muy largo plazo. La economía del conocimiento en realidad se ha encarecido respecto al año pasado, pero cuando se compara con países que son mucho más caros, países más desarrollados, sigue habiendo un margen muy favorable por Argentina.
—Sigue siendo más beneficioso contratar a alguien en Argentina que en Estados Unidos.
—FGM: Exactamente, claramente la mitad de valor. No es que no haya inversiones, pero para tener un país estable en donde haya inversiones en todos los sectores en forma general tenés que eliminar la brecha, no podés seguir trabajando con esta disparidad de brecha del 100%.
—La Secretaría de Comercio negocia un acuerdo de precios con empresas de consumo masivo y de alimentación. Hace un año, cuando Roberto Feletti congeló los precios de alimentos y medicamentos, AmCham sacó un comunicado muy crítico diciendo que ese tipo de medidas podían ser una bomba de tiempo. ¿Cómo evalúan hoy la política de precios de Massa?
—AD: Hoy cambió absolutamente el enfoque, con respecto al que tenía la secretaria de Comercio Paula Español como luego Feletti. En el mundo existen revisiones de precios, pero no con la metodología de pensar que controlando los precios de los productos de consumo manejamos la inflación, especialmente la de los alimentos. Eso el mundo ya ha probado que no es viable. Más allá de esa objeción general nuestra, ¿qué vemos ahora? Ahora vemos que el acuerdo es para Precios Cuidados, no es el 100% del portafolio que manejaban tanto Feletti o los programas de precios máximos o precios controlados que tenía Paula Español. Segundo, hay un espíritu de analizar o focalizarse en las discrepancias manifiestas, es decir si una empresa aumentó 25% en 15 días va a tener que explicar por qué aumentó 25% en 15 días. Es una mecánica de revisión a nuestro juicio más lógica en función de lo que creemos que tiene que ser el rol del Estado en términos de manejar los precios. El primer responsable de la inflación es claramente el Estado porque fija las políticas cambiarias y monetarias y de emisión que de alguna manera determinan la forma inflacionaria. El problema es que hoy tenemos una evolución inherente a la inflación que es muy compleja de administrar por esta distorsión de los precios relativos.
—Los llevo al escenario global. Con la suba de tasas de la FED, la crisis energética en Europa y la política de Cero Covid de China, ¿estamos al borde de una recesión global? Y en todo caso, si creen que sí, ¿cómo puede afectar a la Argentina?
—FGM: Es una gran duda si Estados Unidos entró en una recesión o no. Cuando cae mucho el mercado accionario propicia caer en una recesión más allá del nivel de tasa que impone la FED. Cuando se juntan las dos cosas (las acciones para abajo y las tasas para arriba) tiende a generarse una recesión muy rápido. Hay mucha discusión sobre en qué etapa estamos de esto. Una buena parte de los economistas están diciendo que la FED está llegando a su nivel máximo de aumento de tasas y que la inflación bajará drásticamente el próximo año, con lo cual eso sería una mild recession (recesión leve). Europa tiene una dinámica totalmente distinta por el tema del gas y está mucho más impactada por la guerra. Tiene chances de entrar en una recesión más fuerte que Estados Unidos. Y China debería estar recuperándose porque todavía viene con temas de lockdown del Covid. Eso ha impactado muchísimo en la economía y el próximo año traccionará más. Hay una visión relativamente positiva que dice que a fin de este año vamos a llegar a lo peor que se ha visto y a partir de ahí será ya una evolución más favorable.
—Si se aprecia el dólar se encarece también la deuda en dólares que contrajeron los Estados y los privados y, además, suelen bajar los precios de los commodities que exporta Argentina. ¿Qué escenario plantea eso para la economía argentina?
—FGM: El dólar está en el nivel más alto de los últimos 20 años, con lo cual no se lo ve yendo más para arriba, sino justamente volviendo a ajustar un poco más con respecto a los términos de intercambio que tenía con las demás monedas. Con lo cual eso no debería generar un impacto tan grande. Pero si se sigue fortaleciendo, tendrá un impacto muy fuerte sobre los commodities. Pero Argentina lamentablemente está aislada de lo que está pasando en el mundo que no tiene un impacto tan significativo en las empresas argentinas y en la deuda del gobierno argentino.
—AD: Vos hablabas del costo financiero del mundo y el problema que tiene Argentina también es el costo financiero local. Hoy las tasas de interés en pesos, justamente las Leliqs y los instrumentos que está utilizando el Gobierno para financiarse, hacen que cuando tenés tasas al 100% la necesidad de emitir para satisfacer esa deuda que estás contrayendo más la bola que se está generando van a presentar una dificultad que más agravada que cómo vas a transitar o no la deuda internacional, especialmente la vinculada con el Club de París y con el Fondo. Me preocuparía más por las distorsiones macro internas y por la evolución del financiamiento en pesos que tiene la Argentina junto con la emisión monetaria.