Nuestras acciones deben estar alineadas con la situación social y económica de la Argentina

Buenos Aires, 8 de mayo de 2024

En Argentina, enfrentamos una cruda realidad: estancamiento estructural, caída del consumo, pérdida del poder adquisitivo, niveles de pobreza del 41,7%, y por ende salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas. En este contexto, entendemos el derecho de los trabajadores de manifestarse a través de los mecanismos legales disponibles, pero lo criticable es la oportunidad de repetir el segundo paro nacional en cuatro meses de un gobierno elegido democráticamente. Pensamos que la paralización de la economía por un día solo agrava la situación, generando pérdidas económicas que impactan directamente en el bolsillo de cada
argentino.


Las cifras son alarmantes. Se estima que cada día de paro provoca pérdidas que ascenderían a 1.500 millones de dólares. ¿Qué significa esto en la práctica? Significa empleos que se ponen en riesgo, empresas a las cuales se les agrava la situación actual y, por lo tanto, familias que sufren las consecuencias. Cada dólar perdido en un paro es un dólar menos para invertir en salud, educación, infraestructura y programas sociales que tanto necesitamos.


En un país con indicadores de vulnerabilidad social, deberíamos focalizar las energías de todos en desarrollar acciones alternativas menos nocivas que paralizar la actividad económica. Cada día de paro es un día perdido en la lucha contra la desigualdad y la exclusión social. Necesitamos trabajar juntos, sector privado y sector público, para encontrar soluciones que nos saquen de esta crisis.


El paro también afecta la imagen de Argentina a nivel internacional. ¿Quién querrá invertir en un país donde la conflictividad laboral es moneda corriente? Debemos ser conscientes de que nuestras acciones tienen repercusiones más allá de nuestras fronteras y esto envía una señal negativa a los inversores extranjeros.


Pero más allá de las pérdidas económicas, el paro también genera división y enfrentamiento en la sociedad argentina. En lugar de buscar el diálogo y la negociación, se opta por el conflicto y la
confrontación. Esto solo nos aleja de la posibilidad de construir un país más justo y equitativo para todos. No podemos seguir permitiendo que el conflicto sea un obstáculo en el camino hacia
un futuro mejor para Argentina.


La reconstrucción de la Argentina es una tarea que nos involucra a todos. Convertir a la Argentina en un país viable depende de nuestra capacidad para superar diferencias y trabajar juntos de manera urgente en la construcción de un futuro sostenible.