Tenemos que derribar las paredes de cristal de las minorías, romper los obstáculos que enfrentan a la hora de participar, liderar y lograr visibilidad en sus empresas.
A veces las efemérides duelen, y no porque estén mal las conmemoraciones sino por sus cantidades. Por ejemplo, de género y diversidad hay una casi todas las semanas, tanto nacionales como internacionales, y eso es una muestra de que todavía existen diferencias.
Solo haciendo un repaso de agosto y septiembre, podemos encontrar las siguientes fechas:
- Aniversario de la Creación del Consejo Nacional de la Mujer (7 de agosto);
- Día Nacional del Activismo por la Diversidad Sexual (20 de agosto);
- Día de la Igualdad de la Mujer en EE. UU. (26 de agosto);
- Aniversario de la Ley de Cupo laboral para personas travestis, transexuales y transgénero en la Administración Pública Nacional (7 de septiembre);
- Día Internacional de la Visibilidad Bisexual (23 de septiembre);
- Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer (23 de septiembre), entre otras.
Esto claramente nos dice que tenemos que hacer algo. En AmCham Argentina estamos convencidos que promover la diversidad, la equidad y la inclusión no es una cuestión de marketing, sino que implican compromisos profundos hacia todos los colaboradores, clientes, usuarios, consumidores, y para con las comunidades donde se encuentran nuestras plantas u operan nuestras oficinas.
Es sabido que las políticas corporativas en esta temática estimulan el bienestar, la innovación y la creatividad, y son un factor clave para el crecimiento y el éxito de cualquier emprendimiento, pues, no incluir estos temas en los modelos de negocio hoy en día ya no es una opción.
Según se desprende del estudio publicado recientemente por Mercer sobre “Tendencias Globales de Talento 2022”, existen 3 pilares para empezar a redefinir las prioridades de la organización y seguir siendo relevantes para las personas: en primer lugar y lo más importante es escuchar; en segundo lugar, definir los valores que pretenden defender dentro y fuera de la organización y transformarlos en acciones de marca que así lo demuestren; y por último diseñar formas de operación que se centren en la creación de adaptabilidad.
Más aún, en un reciente informe realizado por Llorente y Cuenca sobre “Compañías y diversidad LGTBIQ+ en la conversación digital” detallan 6 conclusiones y sugerencias para que las compañías puedan impulsar sus prácticas y así, trabajarlas:
1) Desestacionalizar la conversación de las compañías;
2) Cuanto más compleja la situación social, más clave el apoyo;
3) Los CEOs deben ser más protagonistas;
4) Doing vs telling de la mano de los especialistas;
5) Evitar los mensajes generalistas e incidir en los puntos de dolor del colectivo;
6) Movilizar a los empleados y visibilizar el liderazgo.
Tenemos que derribar las paredes de cristal de las minorías, romper los obstáculos que enfrentan a la hora de participar, liderar y lograr visibilidad en sus empresas, y destruir los muros invisibles que segmentan el desarrollo profesional de ellas y las relegan de ciertos sectores de la economía.
Son fundamentales estos espacios de visibilidad, como así también ponernos objetivos claros y concretos. Por ejemplo, contratar y capacitar a más personas que rompan techos de cristal, generar políticas, prácticas, protocolos, y colaborar con nuestros equipos para que puedan balancear su vida familiar y laboral.
El Programa de Diversidad de la Cámara funciona como una red en la cual tenemos el desafío y la responsabilidad de dar respuestas complejas ante un mundo cambiante. Sin lugar a duda hicimos mucho, pero todavía falta, y es por eso que la pregunta que deberíamos hacernos a diario en este espacio no es “¿qué estamos haciendo bien las empresas?” sino “¿qué más podemos hacer?”.
Por Cecilia Mercer, presidenta y CEO de Mercer Argentina, Uruguay y Paraguay, y co-chair del Programa de Diversidad de AmCham Argentina.