“Los protagonistas de la próxima Argentina” es el título de la cumbre que se llevará a cabo este martes en el Alvear Icon de Puerto Madero. La organiza AmCham que cobija a las multis con negocios en el país. Clarín entrevistó a sus directivos.
Bajo el sugestivo título “Los protagonistas de la próxima Argentina”, la AmCham, que cobija a la mayoría de las compañías de capital extranjero, da inicio a la primera cumbre empresaria del año. La cita es este martes en el Alvear Icon de Puerto Madero y se realiza en el marco de los 200 años de relaciones entre Argentina y Estados Unidos, algo que se ocuparán de remarcar tanto el embajador de EE.UU. Marc Stanley como su homólogo Jorge Argüello.
Al encuentro no solo asiste todo el arco político, también gremialistas como Pablo Moyano y el presidente de la Corte Suprema Horacio Rosatti. Cierra un diálogo entre Sergio Massa y el presidente de AmCham y también del JP Morgan, Facundo Gómez Minujín.
Hasta el viernes solo dos invitados no habían confirmado: Alberto Fernández y el libertario Javier Milei. El Económico dialogó con Alejandro Díaz, CEO de AmCham; Paula Altavilla, CEO de la francesa Schneider Electric, y Daniel De Nigris, CEO de Exxon Mobil.
—¿Qué mensaje buscan dar con esta cumbre?
Alejandro Díaz (AD): Es un espacio de diálogo público y privado en el primer semestre de un año electoral. Y más allá de la problemática, buscamos que los protagonistas de la próxima Argentina debatan, frente a un público de mil personas que van a transitar por el evento, dos cosas: cuál es el país que ellos esperan construir y cuál es el rol y el compromiso como actores para el futuro de esa Argentina. Habrá un abordaje de los 200 años de la bilateralidad, desde el 29 de enero de 1813. Tanto Marc Stanley como Jorge Argüello plantean, no los 200 años para el pasado sino los 200 años para el futuro. En EE.UU. existe la búsqueda de un relanzamiento de una nueva relación estratégica con Argentina.
—¿Qué significa ese relanzamiento?
AD: Hay una revisión estratégica de Latinoamérica, una revisión estratégica de China. Eso implica un foco de mayor atención. Y justifica el apoyo sistémico que el gobierno norteamericano le está dando a la Argentina en esta transición. Ese apoyo no es incondicional, porque en las estrategias geopolíticas no existe la incondicionalidad. Pero sí un soporte, que ellos llamaron el bridge o puente, para que Argentina transite este puente de 9 meses, sin fuertes descalabros.
Alejandro Díaz: “Hay un soporte, que EE.UU. llamó el bridge o puente, para que Argentina transite este puente, esta transición de 9 meses, sin fuertes descalabros”
—¿Qué cambió para ese apoyo?
AD: Está claro que EE.UU. tiene otras problemáticas. Pero el presidente Biden definió el rol de los tres sectores que integran Latinoamérica. México, con un rol muy activo y determinante; Centroamérica, como segundo bloque; Cono sur, como tercer bloque. Con particularidades, que definen también una revisión de cuál es el involucramiento de Estados Unidos en cada uno. El primer bloque, con México, se debe a un concepto de nearshoring, que fue lo que se probó a partir de la pandemia, los problemas logísticos del mundo. El bloque de Centroamérica es un bloque migratorio. Y después tiene el Cono Sur. Estados Unidos tenía muchas expectativas en Brasil y en Lula. Expectativas que comienzan en febrero cuando se produce la bilateral y Lula viaja a Estados Unidos. Pensaban que era lo que ellos llaman el natural aliado, para que le sub administre “el patio trasero del siglo XXI, el jardinero del patio trasero”. Brasil es la sexta potencia en el mundo, pero se fueron desilusionando progresivamente con Lula, especialmente las últimas dos semanas. ¿Qué otros países quedan? Y ahí asoma Argentina.
—¿Es por Sergio Massa?
AD: Piensan en la administración del 11 de diciembre y mientras tanto, hay que ayudar a la Argentina.
—Como CEO de una empresa de capitales franceses, ¿qué le preguntan sus accionistas?
Paula Altavilla (PA): Argentina es un país que tiene un potencial enorme, que, más allá de las dificultades, todos vemos que tiene oportunidades muy significativas en el sector de agroindustria por ejemplo. Schneider Electric es una compañía que comercializa soluciones para la gestión de la energía y la industria, en los edificios y en centros de datos y en infraestructura, como grandes segmentos. Entonces, cuando miran a Argentina, lo que ven es el enorme potencial de Vaca Muerta; el que tiene la minería y en particular la industria del litio. Después, algunos bolsillos de oportunidad. Ven un potencial grande, con una situación un poco inestable, esta volatilidad que tenemos. Pero entendemos que en algún momento vamos a encontrar el camino, con lo cual nos siguen dando soporte. No sin hacer muchas preguntas, pero nos siguen dando soporte.
—¿Qué quiere decir soporte? ¿Los asisten con fondos?
PA: Estamos mudando nuestras operaciones a sitios con mejores prestaciones y ahí hay una inversión significativa. Y seguimos trabajando en todo lo que tiene que ver con grandes proyectos, que muchas veces implica compromisos de mediano plazo. Tenemos todo el soporte de la casa matriz, para seguir desarrollando negocios en el país.
—¿Cambia la historia con el gasoducto?
Daniel De Nigris (DN): Ha habido desarrollos muy importantes, tanto en Vaca Muerta, que es el más conocido, como proyectos que están llevando a cabo algunos operadores. Eso le da al país la oportunidad de generar condiciones económicas y competitivas de acceso a la energía. Cuando vemos cómo ha sido la progresión, primero del crecimiento de producción de petróleo y gas y especialmente de petróleo en Neuquén. Hoy la provincia ha llegado a 300 mil barriles de shale, de lo que es no convencional y Argentina exporta más de 100 mil barriles por día, con lo cual es muy significativo cómo se ha revertido ese proceso de declino de hidrocarburos.
Paula Altavilla: “Todos los días ocupamos una parte importante de nuestro tiempo en poder predecir y planificar el abastecimiento. Es uno de los temas más críticos”
—¿Cuál es la agenda urgente de sus empresas en la Argentina?
PA: Todos los días ocupamos una parte importante de nuestro tiempo en poder predecir y planificar el abastecimiento. Es uno de los temas más críticos que tenemos. Y, por supuesto, lo que tiene que ver con unas fluctuaciones, en términos macroeconómicos, que requieren revisar nuestras propuestas de valor a los clientes, especialmente en lo que tiene que ver con proyectos de mediano y largo plazo.
—¿Qué es lo que los asociados plantean como reclamo a la AmCham?
AD: El proceso electoral en la Argentina convulsiona el funcionamiento del país pero también da expectativas posibles de cambio. La mayoría de nuestras empresas asociadas entiende que esto es una transición. Que no está claro aún quién será la futura administración y tampoco cómo se va a salir de esta transición. Pero sí tienen claro que los intereses de largo plazo y las oportunidades de Argentina son monumentales.